domingo, 31 de marzo de 2013

Semana Santa

De esto que os metéis en el coche y cocacolas, plátanos, bountys, emisoras imposibles, lloviendo sin parar durante las 3 horas de viaje, niebla, la peke se aburre...

De repente, sol, todo muy muy verde (súperverde!). Pero verde fosforito. Y una montaña con un pueblo precioso encima. Y subes, subes. Intentas aparcar, pero hay procesiones y está todo cerrado. Y aparcas por fin. Y paseas por la plaza del pueblo buscando a tus amigos, pero no hay cobertura y no hay manera. Y consigues hablar con ellos y decidís veros en casa ya.

Y de esto que llegas a la casa. Una casa como de cuento, preciosa. Y familia y comida y más comida. Y comida hasta que explotas. Y la peke juega sin parar. Baloncesto, canciones, huevo de Pascua, buenrollismo, pacharán, Pictionary.

Y por la noche más comida y más canciones y más Pictionary. Y yo intentado que Pablo adivine que es un árbol. Y Guillermo haciendo trampa sin parar. Y Gin-Kas y risas y más risas. Y crees que vas a dormir fatal y no te vas a parar de mover, pero duermes del tirón, como un bebé. Y por la mañana súper desayuno y excursión y mesas con esculturas de bolsos y zapatos. Y pinchos de morcilla. 

Y de esto que estáis de vuelta a Madrid y lo ves. Lo ves y no puedes dejar de gritar como una niña pequeña. Porque ese es el efecto que tiene el Arcoiris. Pero éste es distinto. Es el Arcoiris más impresionante que has visto en tu vida.

Y de esto que tú y solo tú sabes lo que significa que lo hayas visto justo en ese momento. Y sonríes feliz.




No hay comentarios: